29.1.10

Arriesgarse


Aunque reír es arriesgarse a parecer un tonto. Aunque llorar es arriesgarse a parecer sentimental. Aunque acercarse a alguien es arriesgarse a involucrarse. Aunque mostrar tus sentimientos es arriesgar tu yo interior. Aunque exponer tus ideas o tus sueños a una multitud es arriesgarse a perderlos. Aunque amar es arriesgarse a no ser amado de la misma manera. Aunque vivir es arriesgarse a morir. Aunque desear es arriesgarse a ser defraudado. Aunque intentar es arriesgarse a fallar. A pesar de todo, debes arriesgarte. Debes correr los riesgos simplemente porque el más grande de los peligros de la vida es no arriesgarse. Las personas que no arriesgan nada o nunca tienen nada, no hacen nada. Tal vez podrán evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no logran aprender, sentir, cambiar, crecer o vivir. Prisioneros de sus temores, son esclavos que han renunciado a su libertad, pues sólo cuando una persona se arriesga, es libre. Los pesimistas se quejan del viento; los optimistas esperan confiadamente que los vientos cambien de dirección y los realistas, ajustan sus velas en la dirección correcta. Arriésgate. Es cierto, que puedes perder. Pero, has pensado en lo que puedes ganar?

27.1.10

No, no te lo deseo


En medio de tantas palabras, ocupaciones y actividades, apareció tu fantasma, dejando ecos en medio del silencio, desgastando recuerdos, ahuyentando sonrisas. Y comencé a caminar para ver si desaparecía, pero el muy insolente no paraba de perseguirme, es que sabe cuando aparecer, parece que conoce cuando estoy bien, cuando mis sonrisas son grandes y hermosas allí estas tú, detrás de las sombras y en medio de la noche, tratando de conquistarme con mentiras haciéndome presa fácil, sin duda, sabes quien soy. Pero esta vez no contabas con mi escudo, con la lanza que ahora camina junto a mí, con esa bandera de la felicidad que ahora enarbolo, no, no estoy disponible para ti, la tristeza se fue a dar un paseo con la soledad y me contaron que pronto pasarán a buscarte, que cuando las enviaste conmigo no leíste la nota al final del contrato que decía: En caso de que el receptor de este envío ya no requiera de alguna de nosotras, iremos a buscar a quien nos envió y así acompañarla para siempre. Que tengas suerte con ellas, yo ya prescindí de sus servicios. Pero lo mejor de todo es que ni eso te deseo, no deseo que notes la soledad tan cerca de ti, no te deseo esa tristeza que tenia dentro de mi, no, no te lo deseo.

· Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos.

19.1.10

Ese es mi peor error ...


Trato de seguir adelante, pero a veces es tan difícil. Hay momentos en los que me encantaría poder vivir encerrada en mi habitación, con mi música y mis elementos favoritos, sin tener en cuenta todo lo que está pasando afuera, sin tener en cuenta a nadie ni lo que piense de mí. Pero es entonces cuando la alarma suena y aquí estoy otra vez, viendo qué puedo hacer para terminar ese día lo menos rota posible. Hoy me dijeron que todo tiene que ver con mi falta de autoestima. Y es así, no es ninguna novedad que no creo en mí. Es principalmente por eso que no creo en nadie ni en nada. No creo que viva lo suficiente como para decir el día que me muera: ¡Qué buena vida! no.. no creo.

18.1.10

Todos somos trapecistas....


El hilo duele al trapecista en los pies. No le sirve de nada retroceder, porque allí ya ha estado. Debe cruzar, avanzar por el hilo, sin mirar atrás, sin mirar abajo. Con la cabeza alta, de frente. Sin red, sin cuerdas que le aten. Cruza valiente, con la admiración de todos. Y al llegar al otro lado sonríe satisfecho, feliz, tras superar el obstáculo, consciente de que desde abajo nadie podía ver que le perseguía el miedo. Todos somos, trapecistas.

· Hoy no tengo las letras necesarias para escribir, o quizás el valor suficiente para hacerlo.

17.1.10

Llueve ...*


No quiero olvidar, pero sí dejar atrás mi pasado y mirar al futuro cara a cara, ser capaz de dejar atrás lo que me tortura y buscar un hoy capaz de satisfacerme y borrar los delirios del ayer para poder enfrentarme al mañana. Cuan difícil es cerrar la puerta del pasado y abrir una nueva puerta al futuro. El pasado por duro que haya sido lo conoces, duele, pero ha enriquecido de alguna manera. En cambio, la puerta del futuro, no sé qué me depara. Tengo miedo a cometer los mismos errores del pasado por haberlos dejado atrás.

· No hablemos de lo que nunca vamos a ser, porque eso es hablar de frustraciones, y para esas cosas están los días tristes.

12.1.10

Prefiero ...


No voy a hablar de la felicidad ni siquiera voy a mencionarla. Prefiero hablar de lo cotidiano. Prefiero hablar del olor de las tostadas, del sol en una punta de mi ventana en función privada, sólo para mí. Prefiero hablar del placer de una tarde de lluvia, de la agonía del día, de la comida casera. Prefiero hablar de mis mañanas domingueras con libros, café, media lunas, todo, todo en la cama. Prefiero hablar del olor a asado y de las tardes enteras a la sombra. Prefiero hablar del encuentro furtivo con un libro imposible, escondido desde hace años. Prefiero hablar de fisuras por donde se filtran en cualquier momento las caras amigas. Prefiero hablar de noches de copas, de viajes y de mochilas. Prefiero hablar de la propagación de risas, de las interminables discusiones en torno a lo absurdo. Prefiero revivir abrazos, besos. Prefiero hacer un itinerario de viajes quiméricos. Prefiero hablar de futuros inmediatos, de onomatopeyas inventadas, de estadísticas falsas. Prefiero ....

Quiero querer algo. Quiero no querer siempre lo mismo. Me gustaría que lo mismo no me cansara tanto como siempre pasa...

5.1.10

No quiero olvidar ....



Hay algunas cosas que a pesar de hacernos daño, o de doler, que a veces es lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras querríamos olvidarlas y están grabadas a fuego en la memoria, tatuadas con lágrimas en las mejillas, esculpidas en las arrugas de la frente. Yo no quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, ni quiero olvidar por qué. No quiero olvidar que hay ojos que no necesitan mirar para contar porque se adivinan en la distancia. No quiero olvidar que hay amores que matan y puños que atan. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que estoy viva ni que mañana puedo no estarlo. No quiero olvidar que el amor existe, que alguna vez quise y me quisieron, y que a veces el amor duele tanto como el desamor, o incluso más. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunos amaneceres, algunas personas. No quiero olvidar el olor de un bebé, ni una risa infantil, ni el primer adiós. No quiero olvidar. No quiero perder cosas. No quiero que con el paso de los años olvide como me sentía en mi cumpleaños cuando era niña. O la primera vez que vi el mar. O aquellos veranos en el pueblo con los abuelos. Aquellas tardes jugando en casa. Aquellos momentos, Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida.

· No quiero olvidar. Porque al fin y al cabo, creo que las personas estamos hechas únicamente de recuerdos y momentos. Y cuantos más tengas, más habrás vivido.